Historia de Lili

15.12.2020

"La gente de mi alrededor no lo entiende, no entiende por qué no la he dormido, no entienden por me he complicado la vida por una coneja y es cierto que en algún momento lo pensé, pensé si era feliz, pensé si no sería mejor que descansase, si no la estaba manteniendo con vida por egoísmo y cabezonería, pero la verdad es que ha sido una lucha de las dos, ella ha luchado como una campeona por seguir viva, es una tragona, le encanta que la cepille y la mantenga limpia, le encanta estar acurrucada conmigo, que la acaricie, que le diga cosas bonitas. Es una besucona, buena y cariñosisíma".

• Raquel, madre de Lili

Lili y Luna son dos conejitas hermanas, que llegaron a casa de su mamineja Raquel, en donde poco a poco se fueron adaptando pero mientras Luna corría por toda la casa, Lili se quedaba quietecita. Situación que llamó la atención de Raquel, por lo que decidió llevarlas a ambas a revisión con un veterinario especializado, sin embargo le dijeron que ambas conejitas estaban en buen estado. Pero Raquel sentía que de verdad algo le pasaba a Lili, tal vez le dolía algo o tal vez se había enfermado, por lo que al día siguiente decidió llevarla de nuevo para hacer una revisión más exhaustiva.

Durante la segunda ida al veterinario, le hicieron una radiografía a petición de Raquel para ver qué le ocurría con las patitas sobre todo con una de ellas y se le diagnosticó principios de cólico. Raquel tuvo que dejarla ingresada un día hasta que se recuperó, pero seguía teniendo abiertas las patitas traseras.

Como las patitas de atrás se le abrían, entre el veterinario y Raquel ingeniaron una especie de fijaciones para intentar que las patitas quedaran hacia dentro de modo de poder fortalecerlas. Consiguieron corregir una de sus patitas de atrás, pero la patita izquierda se le quedaba suelta, como si estuviera desencajada, es lo que menciona Raquel. Asimismo, el veterinario le diagnosticó splay legs y falta de tonicidad en las extremidades, enfermedad que es degenerativa y mientras su hermanita crecía ella se quedaba chiquitita pues no crecía al mismo ritmo. Todo lo anterior, provocaba que Lili quedara con sus patitas traseras mojadas al orinar como no se mantenía levantada del suelo cada vez que orinaba se manchaba y se mojaba generando otros problemas como irritación en su piel.

Después de intentarlo todo el veterinario le propuso a Raquel una decisión que fue muy difícil para ella, que fue amputar la pata trasera izquierda para intentar salvar las otras y con trabajo y rehabilitación Lili podría mantenerse de pie y que de esa forma evitarían también que estuviera mojada siempre.

Esta decisión fue muy dura para Raquel, pero ella sabe que junto a su veterinario tomaron la determinación de hacerlo para intentar darle una mejor calidad de vida.

La operación de Lili salió bien pero posteriormente se complicó y se le infectaron todos los puntos por dentro generando pus. Raquel tuvo que hacerle curaciones dos a tres veces al día, por casi 15 días. Finalmente su herida quedó curada.

Durante todo este tiempo, desde el momento en que la operaron, Lili comenzó a tener rehabilitación sobre todo en su patita trasera pero las patitas delanteras empezaron a tener debilidad y falta de tonicidad por lo que le costaba cada vez más mantenerse de pie.

Raquel le hizo una silla de ruedas a la medida, pero Lili se estresaba mucho con ella, por lo que no pudo usarla. A día de hoy Raquel piensa que a pesar de sus limitaciones Lili es feliz, vive en una jaula perfectamente adaptada para ella, con implementos especiales para evitar que se roce, irrite o lastime al hacer sus necesidades, aunque por supuesto no puede andar y estar todo el día postrada excepto cuando Raquel la tiene consigo e intenta mantenerla erguida. Lili se las ingenia para moverse dentro de la jaula. Ella prefiere estar sobre todo estar en brazos y acompañada, es buena, cariñosa y una luchadora nata. Raquel cree que Lili es consciente de todo lo que han hecho y luchado para sacarla adelante.