Es posible que tu conejo esté ciego o está desarrollando dicha condición si presenta: ojos hinchados o enrojecidos, pupila dilatada, pupilas asimétricas, su ojo luce borroso, choca o se tropieza con muebles u otros elementos, no capta incentivos visuales, se asusta fácilmente con los sonidos, se desplaza guiándose por las paredes, se angustia en lugares desconocidos, actúa con precaución y se mueve con lentitud.

En primer lugar, es necesario reconocer pero, sobre todo, identificar la sintomatología que se pueda presentar. Cabe destacar, que es imprescindible detectar cualquier manifestación en sus etapas tempranas para poder erradicar la enfermedad y/o evitar o hacer más lenta su evolución. No hay cura para la ceguera en conejos a menos que sea causada por una catarata que se puede operar.

La especie demanda atenciones médicas de modo regular, con carácter preventivo idealmente cada 6 meses (pudiera ser mas seguido si por alguna razón en particular lo determina su médico veterinario), y en casa nuestra responsabilidad es proporcionar un ambiente seguro.

Cuando un conejo sufre la pérdida total o parcial de la vista existen diversos factores causantes, tales como:

  • La edad: Al igual que en humanos, con el paso de los años la vista va disminuyendo y a veces los conejos la pierden por completo en uno o ambos ojos.
  • Cataratas: La opacidad o turbiedad en el cristalino del ojo produce una visión borrosa. Normalmente es más común en conejos de edad avanzada.
  • Encephalitozoon Cuniculi: Enfermedad causada por un parásito intracelular que puede desencadenar una serie de problemas de salud como parálisis parcial o completa, mala coordinación, afectación de corazón, hígado, pulmones y riñones, entre otros. Entre las lesiones más comunes que produce a nivel ocular, es la uveítis facoclástica, la cual afecta la visión de nuestro conejo.
  • Abscesos: Acumulación de pus, que genera inflamación y dolor. Se origina a raíz de una infección, y para protegerse el organismo los produce en cualquier parte del cuerpo. Pueden existir abscesos retrobulbares (detrás del globo ocular), los cuales pueden comprimir ciertos nervios, generando pérdida de visión, o incluso en algunos casos pudieran generar la pérdida de la vitalidad del globo ocular, necesitando cirugía. Normalmente los abscesos retrobulbares se relacionan a problemas dentales, por lo que es indispensable una revisión periódica de tu conejo con su médico tratante.
  • Glaucoma: Ocurre un aumento de la presión intraocular, afecta a la retina e impide la regulación del fluido, generando un exceso o falta de líquido. A largo plazo causa ceguera.
  • Lesiones: Severos traumatismos en los ojos pueden ocasionar la pérdida del sentido de la vista o pérdidas completas del globo ocular.
  • Genética: Nacer ciego es un mal congénito que un antecesor puede heredar a sus descendientes.

Ante la ceguera es preciso que conserves el orden de las cosas en tu hogar, es decir, no alteres la distribución de los objetos o muebles, ya que tu conejo necesita familiarizarse y recordar su entorno. Si lleva años compartiendo contigo, ya se sabrá de memoria por dónde andar sin precaución, y cualquier cambio que hagas será perjudicial para él, se sentirá inseguro, se estresará y podría accidentarse.

Aparta objetos cortantes o que puedan lastimarlo. Vigila sus pasos para ayudarlo en caso de quedar atrapado en algún agujero. Los bebederos de gota en estos casos también se vuelven peligrosos porque al quedar a la altura de la vista podría lastimar sus ojos al no verlo. Puedes reemplazarlo por un pocillo con agua pero en el mismo lugar en donde habitualmente estaba su bebedero de gota.

Si el conejito lleva poco tiempo en tu casa y no está familiarizado con los espacios, es conveniente que, en un principio, cuente con un espacio limitado. A medida que se vaya acostumbrando podrías incrementar su perímetro, con el objetivo de que gane más libertad sin perder su seguridad.

Si necesitas cambiar su espacio personal, lo más recomendable es que actúes progresivamente, moviendo su jaula unos centímetros cada cierto tiempo y así no sienta la mudanza como un cambio brusco. Guíalo poco a poco para que vaya entrando y saliendo por sí mismo sin estresarse. No lo presiones y dale tiempo a que se vaya acostumbrando, pero nunca bajes la guardia.

Trata de no tomarlo en brazos, pues se sentiría desorientado al momento de dejarlo en el suelo. Sólo en caso de ser estrictamente necesario, puedes levantarlo pero déjalo en el mismo lugar que lo cogiste para que se pueda guiar. Mucha cautela cuando te quieras acercar, procura buscar un aroma y un sonido (tu voz) para ponerlo en sobre aviso.

Los conejitos con esta discapacidad emplean mucho más su nariz y boca como herramienta de investigación. Asimismo, debes adoptar una rutina para que se acostumbre y pueda recordar las actividades que realiza.

Recuerda que tu conejito está enfermo y debes ser paciente con él en todo momento. 


Revisado por la Dra. Natalia Villalobos.