Es una patología en la cual se producen lesiones (inflamación, heridas, úlceras) en las zonas de apoyo de las patas traseras de los conejos, y en algunos casos avanzados podría incluso afectar las patas delanteras.

La pododermatitis se produce de manera secundaria debido a algunos factores, como por ejemplo el sobrepeso u obesidad, ya que el conejito está soportando más peso del que debería en sus extremidades. Otros factores son las malas condiciones ambientales (como pisos muy ásperos, rugosos o duros), la mala higiene, confinamiento, humedad en las patas del conejo producto del sustrato mojado con el que tiene contacto, incontinencia urinaria, y jaulas con base de rejilla, entre otros. En las razas gigantes es más elevada la incidencia de esta enfermedad por el peso del conejo.

Una vez que la pododermatitis se presenta, se debe tratar y curar. Algunos de los signos de esta enfermedad es la pérdida de pelo en las plantas/palmas de las patas, enrojecimiento y aumento de volumen en la zona, cojera y/o úlceras en casos más avanzados.

Cuando advertimos de alguna herida en las patas de nuestros conejos, debemos acudir al veterinario para determinar el grado, profundidad y gravedad de estas heridas. En estos casos serán necesarias también algunas pruebas complementarias como la química sanguínea, hemograma y radiografía del miembro afectado para evaluar la integridad del hueso (dependiendo de los hallazgos en el examen físico general). Luego del diagnóstico, nuestro veterinario nos indicará el mejor tratamiento que, por lo general, cuando es leve se puede mejorar con alguna crema cicatrizante y haciendo adecuaciones en sus ambientes y su alimentación. Dependiendo de la gravedad, será necesario un cultivo u otro tipo de tratamiento y medicación, además de reposo, espacio reducido o vendas.

Esta patología cursa con mucho dolor debido a las heridas y a la inflamación que se genera en la zona, acompañada en algunos casos de infecciones concomitantes cuando no se detecta ni trata a tiempo, complicando muchas veces el cuadro. Asimismo, se pueden ocasionar incluso lesiones vasculares que generan hemorragia y necrosis del tejido. Según el daño generado, en ocasiones se puede llegar a la amputación de las extremidades más afectadas.

Cuando se vuelven crónicas las heridas, o están mal cuidadas, es posible que se infecten severamente afectando también los huesos, corriendo el riesgo de provocar una infección profunda en éste (osteomielitis), que puede terminar con la muerte de nuestro conejito por el traspaso de esta infección a su sangre, provocando una sepsis.

En casos muy avanzados, el pronóstico es reservado o grave teniendo incluso que considerar la eutanasia si es que no se logra controlar la septicemia.

En caso de encontrar este tipo de lesiones en nuestros conejos, es de suma relevancia modificar aquellos factores que pudieran estar originando esta condición como el exceso de comida, el sustrato que pudiera no ser el más adecuado, la humedad, el desequilibrio en conejos amputados, entre otros.

Revisado por la Dra. Natalia Villalobos.