Para los conejitos que sufren algún tipo de discapacidad los masajes aportan beneficios emocionales y físicos, que hacen una diferencia positiva en sus vidas, y suelen ser complementarios a la terapia física.

Dependiendo de la condición particular de cada individuo tendrá éxito el masaje. Pero recuerda, que su aplicación no significa una cura. Se ven favorecidos por este procedimiento: conejos mayores, con artritis, con splay leg, síndrome vestibular y con parálisis.

Recuerda que debes consultar con el veterinario de cabecera de tu mascota pues solo él te puede orientar adecuadamente al respecto.

Antes de entrar en materia, puedes usar para este tratamiento un mini masajeador, el más recomendable es de la marca Wahl, ya que tanto su tamaño como su nivel de vibración son ideales para un conejo. En casos como la artritis, su suave esponja puede masajear su espalda, hombros, cadera y patas. Su movimiento estimula sus nervios y relaja sus músculos, aliviando cualquier malestar. Muy apropiado para conejos con parálisis. Pero si tu conejo se asusta con este aparato, no lo presiones y solo utiliza tus manos para este procedimiento.

Es importante que sus músculos entren en calor antes de iniciar la sesión. Puedes activarlos con tus manos y dedos realizando suaves movimientos circulares o puedes ayudarte también con un guatero de semillas, el cual puedes colocar en la zona a tratar durante unos 5 minutos para que aumente la circulación en esa área para que el calor ayude y favorezca los masajes que realizarás posteriormente.

Ante todo, debes relajarlo y ponerlo en el piso o una superficie blanda como la cama. Si él no quiere, inténtalo en otro momento. Acorde a su padecimiento debes procurarle la mayor comodidad posible con almohadas, toallas enrolladas o cualquier otro elemento que lo ayude a mantenerse firme y tranquilo. Háblale con suavidad diciéndole que es hora del masaje. Para que entre en ambiente acarícialo con delicadeza y tómate el tiempo que sea necesario.

Nunca fuerces a tu conejito, realiza todo suavemente, evalúa siempre su respiración y su conducta corporal. Empieza a acostumbrarlo de a poco, ayúdalo y prémialo cada vez que termines los masajes, un poco de fruta o algo rico que le guste. Así sabrá que esto es algo bueno.

Realiza los masajes siempre desde la cabeza a la cola. Si hay alguna zona que sabes que le molesta o duele un poco más, deja esa parte para el final de la sesión.

La primera técnica es el rozamiento que consiste en acariciar gentilmente con la palma de tus manos. Inicia por ambos lados del rostro de tu conejo ejerciendo una presión suave y lenta, sigue por el cuello y así poco a poco hasta que puedas llegar a su cola sin que él se sienta incómodo. Recuerda que el masaje debe seguir la forma de su cuerpo y debes hacer que cada movimiento sea largo y prolongado. Repite la técnica en varias ocasiones hasta que consigas que se relaje totalmente.

A medida que vas avanzado trata de incrementar la presión ligeramente, es decir, debes ir alternando entre un nivel de presión suave y otra más firme, con esto ayudarás a reconfortar, distender y reactivar sus músculos y sistema nervioso. Asimismo, es el momento oportuno para revisar su musculatura, nudos, tensión o áreas en las que debes enfocarte más.

Otro recurso utilizado es el amasamiento, que puedes hacer con las yemas de tus dedos o pulgares.

Debes empezar por su cara, mejillas, puente de la nariz, detrás de su cabeza y orejas, realizando pequeños círculos con suavidad. Cuando finalices cada repetición tienes que aplicar la técnica del rozamiento para que se relaje.

En sus hombros forma pequeños círculos (del tamaño de una moneda), así como también ambos costados de su columna. Desplázate desde sus hombros hacia sus caderas, poco a poco para que no se incomode. Concluye con unos cuantos masajes de rozamiento.

Finaliza en las caderas de tu conejito, con tus puños aflojados, amasa en forma circular con delicadeza. También tienes la alternativa de hacer pequeños círculos deslizándote hacia sus extremidades. Termina con masajes similares a la técnica del rozamiento.

Como de costumbre, al final de cada sesión debes acariciarlo delicadamente y con palabras suaves anímalo, para que se sienta más cómodo y relajado. Lo disfrutará tanto que no necesitará premio.

En el caso de amputaciones, se recomienda no tocar el área, ya que los muñones tienen terminaciones nerviosas sensibles que lo hará tener una sensación de incomodidad y hasta dolor que provocará su rechazo.

Cada enfermedad se trata con una técnica diferente

Si el conejito tiene artritis, debes basarte en el rango normal del movimiento de sus piernas (recuerda que sus músculos deben entrar en calor antes de realizar cualquier movimiento). Levanta su patita imitando la postura del salto, lentamente, flexiona y estira. Concéntrate en los músculos colindantes a la articulación dañada. Te recomendamos realizar este tratamiento en cuanto se despierte por la mañana, y aprovechar la tensión causada por la postura que adquiere al dormir. La manera más certera de reconocer si tu conejo siente dolor es cuando pone resistencia en el momento de masajearlo o si su respiración se agita mucho. Hazlo suavemente y no te olvides de sus analgésicos. Idealmente que tome sus medicamentos previamente ya que esto también ayuda a que disminuya la tensión.

Si el conejito sufre de inmovilidad y está siempre acostado de un lado, esta situación afecta a su circulación y genera irritaciones. Lo más conveniente es que cambies su postura tan a menudo como te sea posible. Él debe descansar en una superficie limpia y bien acolchada. Para sus masajes, debes acostarlo sobre una almohada o colchón. Con delicadeza debes colocar tus dedos a los costados y estimular sus músculos y nervios. Debes poner mayor énfasis en el lado donde se acuesta más seguido, pues estos músculos necesitan movimiento, debido a la tensión y presión que ahí se acumulan.

En el caso de padecer parálisis, debes dar pequeños golpecitos con tus dedos en la planta de sus patitas, emulando el movimiento ejecutado al golpear una mesa, para despertar los nervios que se encuentran ahí. Otra alternativa es masajear suavemente entre sus dedos.

Para los que sufren de síndrome vestibular, dependerá del grado de torsión que tenga su cuello y si sufre de rolling. Consulta primero con tu veterinario si puedes realizar estas maniobras con tu conejo. Para conejitos con tortícolis, lo ideal es que coloques una mano en cada lado de su cabeza, masajear primero enfocándote en su cuello para soltar un poco los músculos. Cuando estén un poco más relajados, y hayan entrado en calor, toma su cabeza a cada lado y muy lentamente, colócala en posición normal o derecha (tanto como soporte tu conejito). Debes mantener esta posición por 3 ó 5 segundos y soltar poco a poco y repetir unas pocas veces por sesión. Sé cuidadoso y consulta con su veterinario hasta qué punto puedes llegar. Puedes practicar la técnica del amasamiento (descrita más arriba) y concentrarte sólo en su cuello, haciendo pequeños círculos sin ejercer presión alguna. Es preciso que trabajes en el área del problema pues los músculos de este sector están presionados, y de esta manera sentirá alivio momentáneamente. Los masajes descritos anteriormente también son muy útiles para tratar esta condición.

Revisado por la Dra. Natalia Villalobos.