Historia de Poroto

21.07.2021

Poroto es un conejito silvestre, que fue rescatado junto a sus hermanitas de un sitio de construcción en demolición cuando tenía pocos días de vida. Fue rescatado por la fundación Bunny CARE, Antonia y Catalina fueron su Hogar Temporal y terminaron adoptando a esta guapura que se robó sus corazones del momento que abrió sus ojitos y las vio.

El amado Poroto siempre fue travieso e inquieto y fue en una de sus múltiples aventuras que tuvo un accidente cuando tenía alrededor de tres meses de vida. Sus maminejas estaban en el living un domingo en la noche cuando escucharon un chillido que venía de la pieza. Naturalmente corrieron a ver que sucedía, ya que nunca antes habían escuchado ese ruido y no sabían que era. Cuando entraron a la pieza pudieron ver que era Poroto, quien había escalado los barrotes de su jaula y había intentado abrir la parte superior, al lograr abrir la rejilla del techo, alcanzó a sacar la cabecita y por gravedad, la rejilla se cerró, quedando Poroto colgando de su cuello pataleando.

De inmediato intentaron abrir la rejilla y bajar a Poroto, pero él apenas se movía, pudieron notar como sus patitas estaban completamente chuecas y al no tener movilidad, se arrastraba. Lamentablemente su familia se encontraba cerca del toque de queda y no había veterinarias de exóticos abiertas. Por lo que contactaron a la veterinaria de cabecera de Poroto directamente y le rogaron lo atendiera, afortunadamente accedió y hasta el día de hoy le agradecen mucho por eso.

Comenzó ahí el largo tratamiento que tenía Poroto por delante. Posterior a esa consulta de urgencia nocturna, siguieron radiografías las cuales mostraron una fractura vertebral, en aquel momento su pronóstico no era el mejor ya que la parálisis era inminente.

Su familia tuvo que ajustar sus vidas y la vida de Poroto en torno a su recuperación, comenzando por su reposo absoluto. Era tan estricto ese reposo que debió vivir dentro de un trasportín por tres semanas, incluso una jaula pequeña era muy grande para sus necesidades de aquel momento. Para Poroto esto fue tremendamente estresante, ya que no podía moverse ni para bañarse ni ponerse en dos patitas siquiera. Día y noche se turnaban para entretenerlo, le hablaban constantemente, le hacían cariño a través de la rejilla, lo instalaban a su lado sin importar a donde fueran, en las noches lo ponían en un velador ya que le gustaba ver dormir a su mamineja, por lo que la luz debía estar siempre prendida para que pudiera ver. Sino, de estrés y angustia se desesperaba y empezaba a reclamar y tratar de moverse, lo cual tenía estrictamente prohibido. No podemos imaginar lo duro que fue para él tener que pasar de ser el conejito más aventurero a no poder dar ni un solo paso... Los primeros tres días fueron claves, desde el segundo que se accidentó fue llevado al veterinario y no pararon de ir a donde fuese necesario, realizaron todos los exámenes, se hicieron visitas a especialistas en neurología, todo lo que fue necesario lo realizaron de inmediato. Es aquí donde su familia agradeció al neurólogo de cabecera de Poroto, quien lo controla regularmente y lo ha acompañado durante todo este proceso.

Luego de las primeras tres semanas de reposo absoluto en el trasportín, Poroto, con el visto bueno de su neurólogo, pudo pasar a habitar en una jaula pequeña. Luego de un mes en aquella jaula pequeña, pudo pasar a una jaula mediana. Pasado otro mes, pasó a una jaula grande. Luego de un total de 3-4 meses, pudo empezar a introducir la libertad en la vida del pequeñito. Y fue así como día a día podía salir unos minutos adicionales fuera de la jaula y día a día fue recuperando movilidad en sus patitas traseras. Fue en este momento que se tomó una radiografía clave para su alta, la cual mostraba que se había osificado su vértebra sin compromiso medular. Esto significaba que podría moverse sin mayor problema y que se había salvado de su pronóstico inicial.

El día de hoy Poroto vive libre por la casa junto a su amada Rosie, quien lo acompaña día a día. Si bien la columna de Poroto quedó un poco más corta y de repente se le notan sus patitas un poco más chuequitas y abiertas y que además deberá controlarse regularmente con su neurólogo, tiene movilidad completa y no requiere de asistencia alguna para realizar sus actividades diarias.

Unas palabras de las maminejas de Poroto, Antonia y Catalina "Creemos firmemente que el tremendo equipo de veterinarios que lo apoyaron desde el minuto de su accidente hasta el día de hoy realmente le salvaron sus patitas y permitieron que tenga la vida que tiene hoy, es por esto que les agradecemos profundamente por todo el esfuerzo, cariño y dedicación que han tenido con nuestro queridísimo guatón. Y es por esto también que hacemos el llamado a siempre actuar rápido, uno nunca sabe qué tan grave puede ser un accidente y las cosas que uno puede ahorrarse si actúa rápidamente, además de recalcar la importancia de respetar las indicaciones médicas por más estrictas y difíciles que sean de seguir, ya que estas pueden ser lo que les salven. Al final del día, nuestros pequeños dependen 100% de uno. Lloramos durante cada segundo y cada paso del proceso pero nuestro amado y guapo Poroto es tan fuerte que nos sacó adelante, con sus tiernas miradas con sus ojos de aceituna y sus besitos cuando nos veía extra urgidas nos salvó y nos permitió perseverar en lo que se sintieron como los meses más largos de nuestra vida."