Historia de Ragnar
Hace unos días Ragnar llegó a su familia por un rescaté. El pequeño venía infectado de pulgas así que fue llevado de inmediato al veterinario.
Todo iba normal hasta que una mañana le dio un pre infarto por un susto ocasionado por otra conejita que sería su hermana, por lo que partieron nuevamente al vet en donde lo revisaron como si fuera un control sano.
Al momento de llegar a la casa se mostró decaído, no jugaba ni tampoco estaba comiendo o tomando agua. Cuando su mamineja vio esto, de inmediato comenzó a darle papilla con una jeringa; esto ocurrió un viernes y para más mala suerte, en la zona donde vivían los fines de semanas no había veterinarias abiertas.
El día lunes por la mañana al pequeño le vino otra convulsión y fueron corriendo al vet en donde les informaron que Ragnar estaba así gracias al estrés que ya iba afectando su sistema nervioso.
Con esto su familia creyó ciegamente que volvería a ser un conejo normal y que gracias a las terapias que él tendría podría mejorar, porque ya habían ido a dos veterinarios diferentes por su "problema de estrés".
Al día siguiente de la terapia nuevamente tuvo una convulsión, pero esta vez decidieron no llevarlo a los mismos veterinarios sino a uno de Talca llamado Exovet en donde Ragnar fue atendido de maravilla. Al pequeño lo revisaron por completo y pidieron dos pruebas de radiografía y ecografía, porque los ataques de epilepsia son muy variados así que primero se deben hacer exámenes para llegar a un correcto diagnóstico. Además de los ataques, Ragnar presentaba una leve inflamación en el hígado lo que también es un motivo de alerta.
Actualmente Ragnar sigue en tratamiento respecto a sus convulsiones, pero su familia no se rinde en sacarlo adelante y siempre busca la forma de luchar por él. Recuerden que siempre es bueno tener más de un veterinario como consulta, ya que los diagnósticos pueden variar al igual que los tratamientos.