Historia de Reimundo

05.08.2020

En medio de la pandemia del corona virus, nos contactó un joven para contarnos la historia de su conejito rescatado. Tenía seis meses de vida en ese entonces, demasiado pequeño para valérselas por sí solo, pero con el coraje suficiente para convertirse en el centro de la alegría en un hogar.

Reimundo, o "Rei" para los amigos, había sido atacado por unos perros y, como consecuencia, tenía un problema en su pata izquierda trasera, no podía apoyarla y le costaba desplazarse. En su primera visita a la veterinaria, le dijeron que esta lesión en su patita era una fractura grave y que por el tiempo que llevaba herido, habría que amputarla.

"En nuestra casa vivimos tres amigos y decidimos recibirlo como hogar temporal. Entre los tres y, luego de una votación unánime, lo nombramos Reimundo, Rei, para los amigos. De inmediato nos conquistó porque es demasiado cariñoso", Tamara.

Mientras esperaban su cirugía pasó una semana en la casa de los jóvenes, tomando medicinas para el dolor. Aunque estaba algo decaído, por su lesión le gustaba estar con ellos y no solo, por eso los buscaba para que le hicieran cariño. Compartían en el living y pronto se adueñó de la casa. "De los tres que vivimos aquí, sólo yo había tenido conejitos antes, y para los otros fue un tremendo descubrimiento", asegura Tamara.

Al momento de la intervención fue su veterinaria quien lo cuidó en el post-operatorio así que cuando volvió de alta luego de dos semanas, era otro conejito. "Corría y saltaba por todo el departamento, tenía ánimo, mucha hambre y yo no dudo que reconoció de inmediato este departamento como su hogar", afirma.

Al pasar un par de semanas y ver lo bien que se adaptó a ellos y sobre todo viendo que era un conejito feliz, decidimos adoptarlo. "Nos convertimos en su hogar oficial y él lo sabe. Rei tiene su carácter, exige su desayuno a las 8:30 am en punto, es muy regalón y sigue siendo hambriento".

A pesar de que ya no tiene su patita trasera se mueve sin ningún problema, salta alto, da "binkys" e incluso pasean por el patio con su arnés. También corre por el pasto y salta sin ningún problema y afortunadamente no ha necesitado cuidados específicos por su condición.

Los amigos reflexionan sobre lo positivo de esta pandemia gracias a la llegada de Rei a la familia. Todos han aprendido cuidados sobre conejitos, se preocupan de sus verduras y se turnan para darle premios. "Es un relajo hacerle cariño porque se queda dormido, así que es el regalón de la casa", concluyen.