Historia de Sam

16.12.2020

Chocolate era originalmente el nombre de este pequeño orejón, hasta que un día Arya viendo historias en Instagram se percató que requería ser adoptado de forma urgente.

Arya, que vivía, estudiaba y trabajaba en Córdoba (Argentina), no dudo un minuto en adoptarlo mientras le encontraba un hogar temporal. Al llegar Chocolate, se dio cuenta que tenía una fractura en las vértebras L5 y L6. Obviamente el hogar temporal se convirtió en hogar permanente pues nuestro amiguito necesitaba mucho amor y cuidados.

Fue entonces cuando decidieron bautizarlo Sam, quien de inmediato empezó un tratamiento adecuado con su veterinaria especializada. Con ayuda de sus terapias poco a poco empezó a tener mejores posturas siendo incluso capaz de sentarse un poco más derecho. Además por primera vez Sam probó el heno, le encantó, tomaba muchísima agua y dormía su siesta como todo un bebé.

Al poco tiempo de su llegada, Arya ya había confeccionado su silla de ruedas, con caños de PVC, ruedas de carrito de super y una silla de escritorio. Sam la aceptó bastante bien, claro que hay días en los que no quiere andar mucho y otros donde se siente piloto de carreras.

Cuenta también con un corral que es su "pequeño hogar" para que esté más cómodo con almohadas, juguetes y su pañito sanitario, el cual limpian cada mañana y noche para evitar infecciones. Las úlceras del pequeño también son limpiadas y curadas y su zona genital está rapada para evitar la acumulación de humedad, materia fecal o restos de orina.

Sam es un luchador con ganas de vivir, que demuestra cada día cuánto disfruta este mundo y agradece el apoyo y amor incondicional de su mamineja.