Historia de Tambor
Si bien es cierto Tambor no es un conejito discapacitado estuvo a nada de ser uno, es por esto que su mamineja Bárbara quiso hablarnos de él y animar a quienes pudiesen estar pasando por una situación similar a no rendirse y luchar hasta el final... Todo comienza a mediados del año 2020, cuando un día en la noche Tambor empezó a comportarse extraño, al mirarlo vieron que sus ojitos se movían hacia todos lados por lo que le hablaron de inmediato a su médico tratante, que cabe mencionar, es especialista en animales exóticos, y les indicó asistir a la mañana del día siguiente. Llegado el día, el pequeño y su familia, asistieron a la veterinaria. Cada vez el pobre Tambor, se veía peor, ya no solo eran sus ojitos, sino que también su cabeza, se estaba inclinando hacia un lado, ese día estuvo internado allí desde la mañana hasta la tarde, cuando fueron a buscarlo les dijeron que no había querido comer porque Tambor se había "amurrado", tampoco le habían dado medicamentos porque no había comido, así que los fármacos que le recetaron fueron para que tomara en casa y con esa indicación los enviaron de vuelta. A medida que pasaban las horas, la cabeza de Tambor se inclinaba más y más, no comía y menos se movía, por supuesto su familia siguió en contacto con su médico veterinario y les indicaron que sería mejor dormirlo, que solo estaba sufriendo y no había más que hacer y sumado a ello, estaban bajo presión de la toma de decisión puesto que en 2 o 3 días cerraban la veterinaria por vacaciones. En ese momento a la familia de Tambor se les terminó de venir el mundo abajo, parecía que ya no habían más opciones... Pero aún existía un pequeño milagro, hace un tiempo antes su mamineja habpia conocido por Instagram el caso de un conejito llamado Lucas que tenía su cabecita ladeada, y se comunicó con su dueña quien amablemente le respondió cada una de sus dudas y le dijo que a pesar de la complejidad de la situación había esperanzas y su Lucas era la muestra viviente de ello, finalmente eso hizo que se buscara una segunda opinión respecto a Tambor, con la mentalidad de que si se tenían que arrepentir sería por hacer algo y no por no hacer nada. Es ahí cuando supieron de la existencia de ExoVet a quienes les contaron la historia de Tambor y la doctora del lugar fue a verlo directamente a su casa, explicandole a su familia la situación y que con los signos de Tambor se podrían barajar varios diagnósticos Fue una lucha de varios meses, hubieron días horribles para Tambor, casi sin poder comer por la posición de su cabecita, no se movía, estaba perdiendo el ojito con el que tocaba el suelo, el poder limpiarlo (ya que no podía ir a su esquinera) o el poder tomarlo en brazos para darle critical care y sus medicamentos era casi imposible. Fueron tantos días así que era casi 100% seguro que si lograba vivir quedaría con su cabecita ladeada como consecuencia de su enfermedad. Pasaron y pasaron los días, hasta que empezaron a ver una diminuta mejoría, si había un día soleado colocaban unas mantitas al patio y lo afirmában para que tomara un poquito de sol. Cuando se sintió un poco mejor intentaba moverse e ir a su baño con la cabecita aun inclinada, era triste y a su vez esperanzador, se podía ver como luchaba por vivir y de alguna manera volver a la rutina de sus días estando sanito. Siguió pasando el tiempo, ya caminaba solito y su cabeza se seguía encontrando ladeada pero menos, su ojito derecho para el cual tenía que usar gotitas también se encontraba mejor y ya estaba empezando a abrirlo un poco más. En todo ese transcurso de tiempo Dios, la Dra. Natalia Gómez y la Sra. Susana (mamineja de Luquitas) siempre estuvieron acompañando y guiando al bebé en todo lo que pudieran. Finalmente, y luego de una larga lucha, llegó el día tan esperado en el que pudieron ver que Tambor volvió a tener su cabecita casi 100% en su posición normal, caminaba, corría, comía, tomaba agua e iba al baño como antes, el vivo reflejo de un milagro tomado de la mano de la ciencia... Su mamineja nos cuenta: "Ya contada la compleja situación vivida por Tambor les insto a jamás quedarse con una sola opinión, a no rendirse a buenas y a primeras, ya han pasado 2 años desde que casi dejamos partir a Tambor y hacerle perder su preciosa vida solo para que la veterinaria se fuera de vacaciones "tranquila" y sin optar por continuar en tratamiento." Hasta hoy Tambor es un conejito feliz que ama correr por la casa y el patio, corre cada vez que uno lo llama a comer o salir, ama con locura la manzana y el cilantro, ama a su hermano Beauty, le gusta ir al baño en su esquinera, acompaña a su mamineja a donde quiera que vaya y pasa mucho tiempo entre sus pies haciéndole compañía mientras estudia, se ve que ama esas cosas y que le dieron la oportunidad de seguir luchando mientras le administraron las herramientas que su cuerpecito necesitaba para lograrlo. Puede ser una tarea larga y agotadora no solo para los dueños sino también para el conejito que sufre, pero a pesar de todo debemos darle una oportunidad más para que ellos decidan si es momento de dejar descansar su cuerpecito o si es que quieren volver a vivir y retomar sus rutinas amadas.
De Bárbara para Conejos Discapacitados:
Agradezco enormemente las instancias informativas que ustedes otorgan porque nunca
estamos libres de vivir situaciones de enfermedad de nuestros pequeños, además de lo
necesario que es tener los conocimientos para prevenir siempre que sea posible.